miércoles, 23 de noviembre de 2011

Los diez mandamientos del traductor

DECÁLOGO DEL TRADUCTOR



1. Estudia el tema de la obra que se va a traducir. Rem tene, uerba sequentur .


2. Básate en una edición prestigiosa y fiable del texto.


3. Una palabra por una palabra, un giro por un giro; no acortes o resumas sin advertirlo; no gloses el texto: para eso están las notas.


4. La nota a pie de página es la derrota del traductor.


5. No matarás, traductor, el espíritu de tu lengua.


6. Revisa el estilo de tu traducción sin el texto original delante, cuando ya esté olvidado.


7. El respeto a la puntuación del original tiene unos límites.


8. Ni una traducción pedestre, ni una traducción preciosista.


9. Utiliza a fondo el instrumental: Diccionario > Léxico del autor > Comentario > Tesauro.


10. No desearás la traducción de tu prójimo. Coteja tu traducción con otras después de haberla hecho.

martes, 25 de octubre de 2011

El Alfabeto griego

En los siguientes enlaces encontraréis recursos variados para estudiar, repasar y aprender bien el alfabeto griego.
    • Vídeo tutorial gráfico para aprender a escribir  las letras del alfabeto griego en mayúsculas y minúsculas.



    • Aproximaciones musicales al Alfabeto. La coreografía es libre y corre por vuestra cuenta.




jueves, 6 de octubre de 2011

De vez en cuando aparece cada caso…

En efecto, esto sí es un caso. Preguntaba el profesor a un alumno de 4º de ESO, neófito en el arte gramatical del latín, hace cosa de una semana cuáles eran los casos. Los seis nombres, de apreciable dificultad, tienen la virtud de hacer que las primeras veces que se repiten las lenguas se traben, haciendo al orador parecer un Demóstenes al comienzo de su formación oratoria. Pero el alumno cuyo caso relato, preguntado por el profesor, haciendo gala de gran arrojo, arrojó por su boca:

“Los casos son: nominativo, vocativo, acusativo, legislativo,…”

Carpe gelatum!

El otro día, en clase de Latín de 4º D, comentaban distraídamente dos alumnas:

-“Carpe diem” era la marca de un helado que había en Francia.

-“Que no”, replicaba su compañera, “que era carpe d’or”.


Me quedé helado.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Latinismos y latinajos


La lengua castellana, como buena hija, conserva algunos rasgos de su madre, el latín, como se conservan los recuerdos de familia: en estado original. Hay piezas en el español y en muchas otras lenguas (no tienen por qué ser romances) que pertenecen al acervo cultural occidental y que están directamente importadas del latín: los latinismos.
Sin embargo, en torno a la noción de latinismo hay bastante confusión: a cualquier término o expresión que suene a latín se le denomina vulgarmente “latinismo” o, en el peor de los casos, “latinajo”, con un matiz despectivo evidente. Esto hace que términos como “déficit” se equiparen a expresiones como ”statu quo” o “summum ius, summa iniuria”.

La profesora Cristina Sánchez Martínez ha dilucidado la cuestión de manera clara en su artículo de la revista Myrtia. Siguiendo a la precitada colega, latinismo es la repetición de una estructura latina en nuestra lengua materna. Dentro de esta categoría, a su vez hay de distinguir:
Latinismo fonético: repetición de una secuencia fonética latina.
Latinismo morfológico: conservación de estructuras morfológicas.
Latinismo sintáctico: reproducción de un esquema sintáctico latino.
Latinismo léxico: palabras que conservan en castellano su forma latina. Es evidente que para el gran público los latinismos que se conocen entran dentro de la categoría de los latinismos léxicos.

No se debe confundir latinismo con locución y frase hecha latina. Éstas dos últimas son expresiones fijas de dos o más elementos funcionan en bloque y sólo en bloque son combinables y reemplazables en el discurso. Sin embargo, la locución es conmutable por otra palabra o sintagma (ipso facto = “inmediatamente”), mientras que la frase hecha es conmutable sólo en el plano de las oraciones: Roma locuta, causa finita = “el asunto está zanjado”, “no hay más que hablar”.
Hasta aquí la teoría.

La práctica que mis alumnos deben realizar consiste en, a partir de los latinismos de esta lista, resolver el ejercicio 1 de esta dirección.

En esta dirección hay otra herramienta que puede ser de ayuda.

Aquí hay una tira cómica muy buena, con unos comentarios muy interesantes.

Prosit et signifer Sanctus Michael perducat vos ad victoriam!

martes, 27 de septiembre de 2011

¿Dónde está el latín hoy? ¿Es cierto que ha muerto? Requiem por una lengua difunta.

Si es cierto que el latín es una “lengua muerta”, entonces los que se dedican a su estudio y trabajan con él o bien son forenses o bien tanatopractores. Pero, ¿dónde está hoy el latín, la antigua lengua que hablaban los romanos hace más de dos mil años? ¿Ha desaparecido? ¿Se ha esfumado? ¿Ha muerto?

Requiem aeternam dona ei, Domine,…

En los compases iniciales del curso he preguntado a mis alumnos dónde está hoy el latín. Tras reflexionar sobre esta cuestión, ellos han apuntado que el latín está presente entre nosotros y se manifiesta (sin necesidad de invocar psicofonías) en los latinismos que manejamos diariamente, en los cultismos de nuestra lengua materna, en la terminología científica de las Ciencias Naturales, en los museos, archivos y bibliotecas, en los documentos oficiales de la Iglesia Católica Romana y, sobre todo, sigue vivo en nuestra lengua. El latín de hoy es el castellano que se habla en España, el francés que se habla en Francia, el italiano que se habla en Italia, y así todos los demás “corderos”.

… et lux perpetua luceat ei.