NARCISO
La
bella y joven Eco era una ninfa de
los bosques y las fuentes muy charlatana. Acostumbraba a distraer la atención
de Hera mientras Zeus se entregaba a sus aventuras galantes. Hera, sin embargo,
descubrió un día la intriga y, llena de furia, castigó a Eco quitándole la voz
y obligándola a repetir la última palabra que decía la persona con la que
mantuviera la conversación. Incapaz de tomar la iniciativa en una conversación,
limitada sólo a repetir las palabras ajenas, Eco se apartó del trato humano.
Narciso
era hijo del río Cefiso y de la ninfa Leiríope. Su belleza despertaba el amor
en todos los corazones, pero él rechazaba con desdén inflexible a todos,
hombres y mujeres. La ninfa Eco también se enamoró de él, pero Narciso hubiera
preferido mil veces la muerte a sus abrazos. Un joven al que Narciso había roto
el corazón se lamentó desesperado: “¡Ojalá llegue a amar con la intensidad que
yo le amo y tampoco pueda poseer nunca el objeto de su amor!” Némesis oyó
aquella amarga plegaria y la ejecutó.
Un
día que Narciso regresaba de cazar pasó cerca de un arroyo y, al inclinarse
para aplacar su sed, vio reflejada en aquellas límpidas aguas su propia imagen.
Quedó extasiado y sintió un ardiente deseo por aquel cuya imagen le devolvía el
agua, sin saber que se trataba de sí mismo. Desesperado por no poder alcanzar
el objeto de su amor, que huía de sus manos disolviéndose, fue languideciendo
de pasión insatisfecha hasta morir al pie de aquellas aguas. Fue metamorfoseado
en una flor, el narciso, símbolo entre los antiguos de la muerte prematura.
Tampoco
debemos olvidar ese episodio del rapto de Perséfone por parte de Hades. Cuando
la hija de Deméter se encontraba con otras diosas y ninfas cogiendo flores en
una pradera llena de rosas, violetas, jacintos y crocos, dicen que sólo ella
vio una flor nunca vista hasta entonces de dulce aroma que Zeus había creado
para favorecer a Plutón y que la joven se apartara de las demás, el narciso.
Perséfone corrió a coger la nueva flor de embriagador perfume y, en ese
momento, se abrió la tierra y apareció Hades y la raptó, llevándosela al mundo
subterráneo donde la hizo su esposa. Por eso el narciso es una flor consagrada
a Hades.
·
Convertido
en nombre común, un narciso es un hombre enamorado de sí mismo, fascinado por
su propia belleza.
·
En
psicoanálisis, el narcisismo es un comportamiento desviado en el cual el sujeto
experimenta una admiración exclusiva y enfermiza por sí mismo.
·
El
narciso es una planta de flores blancas o amarillas muy olorosa que florece en
primavera. Está emparentada con la palabra griega νάρκη, que significa letargo,
y de ahí narcótico, una referencia al aletargamiento que, según dicen, está
inducido por su fuerte aroma. El nombre específico tiene, a su vez, el prefijo
griego pseudo-: falso.
NARCISO
Familia: Amarylidaceas
Género: Narcissus.
Especie: N.
pseudonarcissus
Nombres comunes: Azucena silvestre, campanillas, cebolla de los
prados, cebolla de oro, flor de ángel.
Descripción: planta perenne y bulbosa. Hojas radicales de
color verde oscuro de 35 cm de longitud. Inflorescencia más
alta que las hojas con una flor en
su extremo de diversos colores. El fruto cápsula.
Multiplicación: Por semilla y bulbo.
Hábitat: bosques húmedos.
Uso: ornamentación.
Uso medicinal: Se ha recomendado para casos de epilepsia y
afecciones de tipo espástico. Se ha observado una actividad favorable en el
tratamiento de tumores y
en la leucemia.
La dosis excesiva provoca el vómito y es laxante.
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